Desde que he sido pequeña me han encantado las pompas de jabón. Siempre que era posible pedia uno de esos tubitos que nos permitían hacer por un rato muchas pompas... cuando se acababa el líquido que llevaban intentaba seguir exprimiendo el invento con lavavajillas... pero nunca era lo mismo.
Ahora ya crecidita ha caido en mis manos un "hacedor de pompas gigantes"... Realmente el invento es poco más que un palo y una cuerda y una receta mágica. Y contra lo que pudiera pensar a siemple vista el invento funciona...
(En estas fotos estamos probando el invento el pasado domingo)
Y es curioso que uno de los ingredientes mágicos de esa receta sea la maicena. Como suena... al principio me extrañó, pero luego tiene su lógica. Resulta que el almidón de maiz a parte de ser usado para espesar salas sirve para aumentar la tensión superficial del agua (lo que facilita las pompas) y da lugar a fluidos no-newtonianos
Aquí podeis ver como la maicena puede conseguir convertir el agua en una superficie que nos permita caminar sobre ella.
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